02 ago Sofía Toro atribuye sus éxitos a la ciudad en el pregón de las fiestas
A sus 25 años, surcó ya muchos mares, pero ayer le tocó atracar en el que baña su costa para subirse al balcón de María Pita en condición de pregonera. La olímpica Sofía Toro dijo allí en lo alto que de no ser por este lado del Atlántico.
A sus 25 años, surcó ya muchos mares, pero ayer le tocó atracar en el que baña su costa para subirse al balcón de María Pita en condición de pregonera. La olímpica Sofía Toro dijo allí en lo alto que de no ser por este lado del Atlántico, difícilmente hubiera llegado al sitio que ocupa en la historia de la vela. La medalla de oro en Londres fue ayer la encargada de abrir las fiestas. Le siguió Carlinhos Brown a golpe de percusión.
Ante cientos de personas, la cambresa habló de A Coruña como “festeira, loitadora, náutica, deportista e campiona” y deseó para ella una proyección mundial y una Coruña “onde as mulleres ocupen o lugar que merecen, lonxe das desigualdades”, algo que con la puesta en escena del Deportivo femenino se confirmaba.
Toro insistió en la profunda relación que le une a esta península, del carácter orgulloso y humilde de su gente en un despegue, donde el alcalde aseguró que era uno de los momentos más esperados en un mes “no que recibimos a milleiros de persoas e demostramos que a nosa é unha cidade especial, un lugar onde todo é posible para todos e todas”.
El primer edil se refirió a la regatista como “un orgullo desta cidade que reúne en si mesma moitos dos felices elementos que este agosto imos festexar”. Toro no desperdició la ocasión para aconsejar a sus vecinos que escaparan del sedentarismo: “A saúde é o noso ben máis prezado”, en un punto del mapa donde hay muchas posibilidades deportivas. También nombró al coruñés Alberto Seoane, que partirá a Río para participar en los Juegos Paralímpicos y a otros que no van a poder estar como Gómez Noya o un Andrés Díaz que divisó antes que ella la llama olímpica.
Con una cita de Castelao, la coruñesa afirmó que la urbe fue determinante para enfrentarse a los retos que fue superando de babor a estribor. Posiblemente no se hubiera subido a ese podio en caso de no haber nacido aquí y por eso, explicó que “estou orgullosa de levar o seu nome por todo o mundo, por todos os mares do mundo: presumo de terra, de cultura, de gastronomía, da nosa lingua, das nosas rías e as nosas praias, da Torre de Hércules, da nosa historia e dos nosos ventos”, manifestó la deportista.
En este sentido, añadió que tampoco podía imaginarla sin las fiestas de agosto, desde los conciertos de María Pita al salón del cómic, la Feira do Libro o las atracciones de los barrios. Lo mismo le pasa con el mar porque “o mar da Coruña é moito máis que mar. O noso mar é cidade, é o noso espello, un dos nosos maiores patrimonios, e está presente en todos os ámbitos da vida dos e das coruñesas. O mar é traballo, é alegría, é reunión… e tamén é deporte”.
Para ello, se fue hasta el verano de 1990, año en el que nació, cuando la regata Tall Ships Races llegó a su puerto por primera vez y con un guiño a los suyos, las palabras de la competidora dieron paso a una primera sesión de música en directo.
Carlinhos Brown puso a todos a bailar desde el primer tema en una noche, en la que dio a conocer su último trabajo titulado “Artefireaccua. Incineración Infierno”, donde atiende a los cuatros elementos de la naturaleza. Con él, el artista trata de “incinerar los demonios” y estos cuatro ingredientes se rebozaron con multitud de instrumentos, los que Brown puso a desfilar sin pausa.
El que asegura que el amor viene del pecho del fondo, volvió a contagiar a la parroquia coruñesa del espíritu de Candeal en un toma y daca que remató con la plaza bailando aquella que habla de “samba” y de “Bahía”, con el que se coló en las pistas de baile de medio mundo. Brown fue solo el despegue de un agosto de directos en un perímeto que reduce citas musicales a favor del Noroeste.
En María Pita, la semana fuerte será la próxima. La Orquestra Galega de Jazz estará el 10, mientras que Loquillo teletransportará a los presentes al Tibidabo y a L.A en una vuelta nostálgica por sus temas, a la que le seguirá el estilo inclasificable de Nouvelle Vague, el 12; los bailables de Carlos Baute, el 13, y la versatilidad de Ute Lemper, en un nuevo viaje el 14, esta vez, de Berlín a París.
El Ideal Gallego
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