SOFÍA TORO Y ÁNGELA PUMARIEGA: “DISFRUTAR EN LOS JUEGOS SIN PRESIÓN FUE LA CLAVE DE NUESTRO ORO EN LONDRES 2012”

17 oct SOFÍA TORO Y ÁNGELA PUMARIEGA: “DISFRUTAR EN LOS JUEGOS SIN PRESIÓN FUE LA CLAVE DE NUESTRO ORO EN LONDRES 2012”

Los Juegos de Londres 2012 supusieron el debut –y, hasta ahora, única experiencia olímpica- de las regatistas Sofía Toro y Ángela Pumariega. Junto a Támara Echegoyen  componían el equipo español que compitió en la clase Elliot 6m. Ni ellas mismas se esperaban que, en los Juegos de su debut, iban a salir con una medalla de oro al cuello. Entre otras cosas, por su juventud e inexperiencia, especialmente la de la gallega Sofía Toro, en Londres 2012 con 21 años tan solo “era mi primera experiencia en el equipo nacional y sabía que estaba consiguiendo algo muy importante, pero tampoco te das cuenta”, nos confiesa.

Llegar a esos Juegos, de hecho, fue un proceso más dificultoso que alcanzar el propio oro olímpico: “Había otro equipo español que también era muy bueno y sólo podía ir uno por país”, sigue contándonos Toro. Su compañera de aventura olímpica Ángela Pumariega ahonda en el tema. “La verdad es que para nosotras fue mucho más difícil el clasificarnos. Estábamos muy igualadas con el otro equipo español. No nos clasificamos para los Juegos en la primera oportunidad; tuvimos que ir como a una repesca”. Para llegar a Londres no sólo tenían que superar al otro equipo español, sino alcanzar un nivel que no tenían antes de los Juegos, comparadas con sus rivales: “El camino hasta Londres fue difícil y muy intenso, navegamos muchas horas, también porque estábamos muy por debajo del nivel internacional, con lo cual tuvimos que hacer muchas horas extra”, insiste Pumariega. Pero todo cambió en los Juegos. La coruñesa Sofía Toro nos cuenta sus vivencias: “Una vez allí nos dedicamos a disfrutar de la competición y de tratar de hacerlo lo mejor posible. Habíamos entrenado mucho. Fuimos pasando las diferentes fases hasta llegar a la final, que intentamos disfrutar al máximo. Pudimos navegar lo mejor que sabemos hacer el día de la final y nos llevamos la medalla de oro”. ¿Y cómo lo vivió la gigonesa Pumariega? También ella insiste en el “factor difrute” como fundamental para alcanzar el máximo resultado: “Una vez que estábamos en los Juegos el entrenador nos dijo que teníamos que disfrutar y la verdad es que creo que eso también fue una clave del éxito, el ir sin mucha presión de ser las favoritas y al final lo que queríamos hacer era disfrutar desde el día de la inauguración, que fuimos, hasta casi el último, que fue el día de la clausura”.

Tras tan excepcional debut llegó la decepción cuando se decidió quitar del programa olímpico la modalidad de Match Race que les había otorgado el oro: “Lo de que quitar la modalidad de Match Race era algo que se venía ya planteando desde la Federación Internacional un tiempo. Sabíamos que podía pasar. Para nosotras fue una mala noticia, porque al final ya llevábamos unos años navegando en esa categoría y habíamos conseguido muchos títulos. Nos planteamos otros cuatro años completamente diferentes; tienes que empezar de cero en otra categoría. Es muy complicado cambiar de barco y seguir en un alto nivel.  Al final te lo tienes que tomar de la mejor manera posible, que la vida sigue y hay más categorías y seguir intentándolo en otra categoría”, contemporiza Sofía Toro. Así, llegó la separación del equipo que tan gran éxito había logrado. De cara a Río tuvieron que cambiar de categoría si querían seguir participando en unos Juegos. Las tres eligieron diferentes compañeras de fatigas: Sofía hizo pareja con Laura Sarasola en la clase 470, Ángela en la misma categoría pero con Patricia Cantero como compañera y Támara se juntó a Berta Betanzos en la clase 49er. Los resultados fueron dispares. La última logró clasificarse para Río y allí realizó un gran papel…aunque finalizando en el peor de los puestos: el cuarto. Sus ex compañeras ni siquiera pudieron llegar a Río. Así nos cuenta Ángela su “travesía por el desierto”: “Pasamos a una categoría que era diferente, nueva para nosotras, empezando totalmente de cero. Competíamos con equipos que tenían más experiencia que nosotras. Todo ello suma, y aunque fuimos evolucionando no tuvimos esa evolución necesaria para estar en los Juegos de Río. Nosotras intentamos dar el mayor esfuerzo que podíamos dar, pero otros equipos fueron mejores y consiguieron estar en Río. Supongo que esa inexperiencia ayudó a no conseguir los objetivos”.

Olvidada su no clasificación para Río 2016 ahora se centran en conseguir la de Tokio 2020, tarea de nuevo difícil como en anteriores casos: “En nuestra categoría hay dos equipos españoles que son muy buenos. Las chicas que fueron a Río siguen navegando en 470, hay otro equipo nuevo que también es muy bueno. Empezamos a navegar juntas el año pasado, en que tuvimos una buena temporada, pero este año hemos tenido problemas de lesiones y no nos ha salido tan bien el Mundial. Ahora lo tenemos un poco complicado pero estamos pensando en recuperarnos y estar más fuertes la temporada que viene”, nos cuenta Sofía. Ángela añade un dato a tener en cuenta: han estado paradas tres meses sin navegar, por lo que no pudieron preparar bien el Mundial. Como ella misma reconoce: “en el deporte siempre hay que estar luchando y trabajando por objetivos”.

Nos dejan con una idea: la dificultad de seguir a un alto nivel en un deporte minoritario y, a su vez, lo afortunadas que se sienten por poder seguir haciéndolo: “No solo son los resultados, sino las experiencias que vives a lo largo del camino”, filosofa Sofía. Por su parte, Ángela nos hace una confesión: “Yo creo que todavía no soy consciente de lo que hemos conseguido”, refiriéndose al oro olímpico. ¿Podrán repetir el intento en Tokio? Ellas están poniendo todo su empeño.